Trazado férreo del Fc. Trasandino de Mendoza a la Costa Chilena (Foto extraída de Internet)
El continente americano
suponía para la navegación marítima una barrera infranqueable. Y desde el continente
europeo, para ir al Pacífico había que bordear dicho continente y atravesar el
estrecho de Magallanes. Esto no solo suponía emplear mucho tiempo en el viaje,
sino que además, suponía un gran peligro para aquellas naves cruzar el Estrecho
de Magallanes. Desde el siglo XV al XIX, primero fueron los viajes aventureros
y conquistadores. Y mas tarde los viajes comerciales, cuando no, con fines
bélicos. Pero sea como fueren, eran viajes extremadamente largos y no exentos
de riesgos. Cuando la navegación marítima, con el avance del tiempo y entrando ya
el siglo XVII se hace mas comercial, comienza para las naciones europeas con
colonias en América y aquellas que tenían una gran flota con la que poder
comercializar en las Américas, una preocupación importante. Y era la de acortar
distancias para llegar a las costas del Pacífico y comercializar con aquellos
países asentado al otro lado del continente americano.
Locomotora eléctrica del Trasandino (Foto extraída de internet) |
Ya en la mitad del siglo XIX,
se podía pensar en proyectos tecnológicos, eficaces y rentables, al mismo
tiempo que rápidos en su realización. Para ello se efectuaron expediciones y estudios, en un principio para
la navegación marítima. Para ello había que encontrar el lugar ideal en
Centro-América por donde poder construir un canal. Después de muchas
expediciones y estudios, se encontró el punto ideal por donde se podía construir
un canal de navegación que uniera el Atlántico con el Pacífico. Y éste fue en
Panamá. Previamente y durante mucho tiempo se pensó que el lugar ideal era el
istmo de Tehuantepec, en la parte mas estrecha de México. Este proyecto fue
descartado posteriormente y en su lugar se construyó un ferrocarril (1894), que
resulto ser un éxito en su explotación, con un elevado número de trenes que
unían las dos costas. El descubrimiento
de la máquina de vapor, había llegado ya por aquel entonces a desarrollar con
plena satisfacción la explotación técnica de la locomotora para el transporte
de vagones. El ferrocarril, -el tren- era ya una auténtica realidad que
algunos países ya explotaban comercialmente, tanto para pasajeros y mercancías.
Sobre todo en Inglaterra y EEUU. La navegación marítima encontró su paso en el
Canal de Panamá (1914), obra de ingeniería sin precedentes, que supuso un
importante éxito en la economía mundial. Y hoy sigue teniendo una importancia
vital en el transporte de barcos, con un movimiento diario de considerable
importancia. Actualmente se encuentra en obras de ampliación, no exentas de
alguna que otra polémica, de índole económica, en la que por supuesto no vamos
a entrar.
Estación de los Andes (CHILE) Foto extraída de http://melisa-detodounpoco.blogspot.com.es/ |
El ferrocarril construido en
Tehuantepec, fue el primero que unía un lado y otro de América. Con ello se
sentaba un precedente que hoy se mantiene, si bien no existe en la actualidad
otro ferrocarril que igualmente una las dos costas de América del Sur. Unir las
dos orillas del continente americano mediante el ferrocarril, se convirtió en
un objetivo que EEUU resolvió con prontitud. Igualmente Canadá tenía cubierto
este servicio de costa a costa, así como algún país de Centro-América. Donde la unión transversal mediante este
medio de transporte, no solo no estaba definida, sino que además entrañaba gran
dificultad, por su extrema longitud en la parte norte, es en Sudamérica. Y además de norte a sur del mismo,
y próximo a la costa del Pacífico, se extiende la cordillera montañosa más extensa
del mundo. Con cotas sobre el nivel del mar que superan los 5.000 metros .
Era una barrera natural que
difícilmente podría perforarse, pero no fue óbice para que no se intentara. En
el último tercio del siglo XIX (1872), se proyectaba y se ponía en marcha un
ferrocarril que cruzaría la Cordillera de los Andes de lado a lado. Con ello se
uniría la costa del Atlántico con la del Pacífico.
Este trazado ferroviario
uniría la ciudad de Mendoza (Argentina), con la ciudad de Los Andes (Chile).
Ciudades a las que ya llegaba otro trazado ferroviario desde la costa de sus
respectivos países. Con lo cual el ferrocarril transversal o bioceánico sería
una realidad. El Trasandino estaba en marcha.
Desde 1872 en que se daban los
primeros pasos y proyectaba la ejecución de esta magna obra, hasta 1910, año en
que se terminó de construir este ferrocarril con 240 kilómetros de
vía férrea que unía la ciudad de Los Andes en Chile, con la de Mendoza en
Argentina. Superando una cota máxima de 3.200 metros de
altitud.
El interés continental que
presentaba el Trasandino, debía ahuyentar los múltiples problemas que de índole
económico-política, rodeaban el proyecto. Ya que fueron varios los países que
se proponían proyectos similares, lo que podría poner en peligro el proyecto del
Trasandino Argentino-Chileno. Así Ecuador se planteo el transporte rápido entre
Quito y Guayaquil; Perú se planteo un proyecto similar con el ferrocarril entre
Lima y Cusco. En este caso el proyecto no solo era mas ambicioso, sino que
entrañaba alta dificultad al tener que superar casi 5.000 metros sobre el
nivel del mar. Y desde 1870 Henry Meiggs condujo el proyecto, hasta su
fallecimiento en 1877. Si bien el proyecto y obras siguieron adelante y en 1897
el tren llegaba a Huancayo. Superando grandes dificultades en su construcción,
donde la sinuosidad y topografía del terreno, obligó a trazar innumerables
curvas, varios tramos en zig-zag y numerosos túneles, destacando el Túnel
Galera con 4.750 metros
de altitud sobre el nivel del mar. Esto lo convirtió hasta 2006 en el
ferrocarril más alto del mundo.
Tramo de vía con cremallera.(Foto Internet) |
Entre los ferrocarriles
proyectados en Ecuador y Perú y el Trasandino, podemos considerar algunas
especificaciones que los diferencian. Entre ellas podemos destacar que la
altitud del Trasandino sería de unos 3.200 metros , menos
altura que el Ecuador con 3.600
metros y bastante menos que el de Perú con sus 4.750 metros . No
obstante el Trasandino tuvo que afrontar un problema que no se presentaban en
Ecuador y Perú. Estos discurrían en su totalidad por el propio país. El
Trasandino debería cruzar una frontera entre países, Chile y Argentina. Lo que
no solo presentaba el habitual inconveniente que siempre existe en la
construcción de un ferrocarril, sino que añadía otro menos gravoso, pero
sumamente importante, su impacto cultural por su mentalidades y costumbres.
Todo venía dado por las diferencias que siempre mantuvieron ambos países. Tal
vez los miedos de un lado y otro, según podemos ver ahora, fueran motivados por
un aislamiento natural que la inmensa cordillera que separaba ambos países,
provocaba a cada lado de sus laderas. Estableciendo una diferencia entre unos y
otros, que tal vez no respondiera a la auténtica realidad. Todo esto se venció
gracias a la habilidad y buena disposición de determinados políticos, que lejos
de incrementar las posibilidades de distanciamiento entre la población generada
por los miedos, influyeron para que éstas disminuyesen y la realidad del
proyecto redundara en beneficio de los habitantes de ambos lados de la cadena
montañosa. Y si en aquel tiempo estos temores se superaron, o al menos se
aparcaron. Con los años y los cambios políticos, volvieron las incertidumbres
por los distintos movimientos motivados por los militares en distintos golpes
de Estado registrados en ambos países, entre los años 1955 y 1966. Pero no
quiero entrar en detalles que me aparten del verdadero motivo que me lleva a
estudiar este ferrocarril, que no es otro que la historia de su construcción,
desde un punto de vista técnico y humano, que es lo que quiero reflejar
estudiando las dificultades técnicas y humanas que para hacerlo realidad
hubiera que vencer. Dejando un tanto al lado el aspecto político, que sin duda
tuvo gran importancia, faltaría más.
Y aunque me ratifico en mi
intención de no entrar en el aspecto político, que pudiera rodear todo lo
concerniente a la construcción del Trasandino, no puedo obviar que en
determinados momentos la política y sus protagonistas, tuvieron una importancia
vital para el funcionamiento del ferrocarril. Tanto en su construcción, como en su
mantenimiento mientras estuvo en actividad. Influyendo tanto positiva como
negativamente, según los casos.
Y con esta introducción, comienzo este trabajo sobre el Trasandino Argentino-Chileno, en el que seguiré trabajando y publicando.
Jocama, junio 2014.-
Y con esta introducción, comienzo este trabajo sobre el Trasandino Argentino-Chileno, en el que seguiré trabajando y publicando.
Jocama, junio 2014.-
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